sábado, 22 de noviembre de 2014

COMPUTADORA DE TRES PANTALLAS

Duro de Matar IV, una película protagonizada por Bruce Willis (2007)― cuando parte de lo que se está viendo muestra, por ejemplo, un centro financiero, un laboratorio científico o actividades de la industria cinematográfica. Por el contrario, no muchos habrán observado varios monitores por computadora en las tareas habituales que se llevan a cabo en las casas y en las empresas. Hasta ahora, al menos.
La utilización de computadoras con varios monitores no es un fenómeno reciente. Es posible que muchos lectores lo hayan comprobado en las imágenes que presentan la televisión y el cine ―tal sería el caso de
La literatura a la que tuve acceso, la mayor parte de la cual fue publicada en los primeros años de este siglo, se refería por lo general a los aspectos técnicos que posibilitaban trabajar con una computadora y dos o tres monitores. Se mencionaba, por ejemplo, el hardware necesario, cómo instalarlo, las distintas marcas y sus respectivos beneficios e inconvenientes, los costos asociados, el tamaño de los monitores y el espacio que habrían de ocupar. Daba la impresión que se mezclaban, sutilmente o no, discusiones técnicas con campañas de marketing.
¿Para qué querríamos dos o tres monitores? Un autor señaló lo siguiente:
Existen dos buenas razones (además de tratar de impresionar a amigos y compañeros de trabajo) para trabajar con una computadora y tres monitores. La primera se refiere a una mejora en la productividad como resultado de tener más ventanas abiertas en forma simultánea. Todos los que utilizan dos monitores conocen los beneficios de dedicar uno de éstos a las aplicaciones de correo electrónico y el otro al buscador de Internet; o uno a Photoshop y el otro a las barras de herramientas y de control.
La segunda razón señala que si bien el agregar un tercer monitor no es un salto tan grande como pasar de uno a dos, seguramente es útil. Permite, por ejemplo: a) tener una ventana de Explorer abierta, quizás también con una aplicación simultánea de mensajes instantáneos; b) dedicar la pantalla central al trabajo que se está haciendo en el momento, tal como navegar en Internet, trabajar en Excel, escribir en Word o editar en Photoshop; y c) mostrar en la tercera pantalla lo que uno mira cada tanto, como ser correo electrónico, transferencia de archivos o una ventana secundaria con otro buscador en la web. (J. Cross, Seeing triple with theMatrox TripleHead2Go. ExtremeTech.com. Nueva York: 17 de abril de 2006)
Un artículo publicado en The New York Times global edition (M. Richtel, In Data Deluge., Multitaskers go to Multiscreens, 7 de febrero de 2012) contribuyó a sacar la discusión del mundo de los especialistas y llevarla al público en general. El artículo comenzaba describiendo lo que tal vez muchos lectores hayan experimentado; esto es, que “quienes trabajan en la era digital se sienten a veces como si estuvieran en medio de un videojuego, luchando contra un aluvión de mensajes instantáneos y electrónicos, haciendo malabarismos con documentos, sitios web y calendarios online. Como consecuencia, para hacer frente a esta situación se han vuelto muy hábiles en el manejo del mouse y se mueven entre docenas de ventanas superpuestas en un único monitor”.
El artículo mencionó que la nueva y creciente táctica para manejarse con semejante cantidad de información consistía en agregar un segundo o tercer monitor y recordó que mientras que en 2011 se vendieron 179 millones de monitores en el mundo, el número correspondiente a computadoras desktop fue ese año de sólo 130 millones. También dijo que, según una organización especializada, los monitores se están agrandando. El monitor “promedio” vendido en el mundo era de 21 pulgadas, mientras que en 2007 era de 18.
No todos comparten la opinión de que varios monitores aumentan la productividad. “Esto no es fácil de medir o probar porque depende del tipo de trabajo que se haga y de si es necesario mirar constantemente los múltiples flujos de información”. Por el contrario, “el multitasking (1) puede afectar la productividad porque la gente interrumpe sus pensamientos al mirar varios monitores en lugar de concentrarse en una sola tarea”. Claro que otra manera de aumentar la productividad es disminuir el aluvión de mensajes electrónicos. Según informa A. Gallo (Stop Email Overload. Harvard Business Review Blogs, 21 de febrero de 2012), una empresa inglesa se ha comprometido a prohibir para 2015 los mensajes electrónicos internos, mientras que Volkswagen en Alemania ha accedido a no enviar mensajes electrónicos a ciertos empleados después del horario de trabajo.
Los próximos años dirán si el uso de dos o tres monitores se ha popularizado y si el hecho de utilizar uno solo se convertirá en un hábito anticuado. También, si varios monitores a la vez afectarán la salud. Un autor contó que “el problema de utilizar dos monitores fue que mi cuello me comenzó a doler de tanto mirar hacia delante o hacia la derecha. Pensé que con un tercer monitor a mi izquierda movería mi cabeza en varias direcciones y así evitaría cualquier dolor. Tenía otra opción: dos monitores juntos delante de mí; pero no me gustaba la idea porque mi campo visual natural, directamente delante de mí, habría de desaparecer: siempre habría de estar mirando ligeramente hacia la derecha o hacia la izquierda”. Tal como señalan los especialistas, el esfuerzo que realiza la vista en estos casos es uno de los daños más comunes que sufren los knowledge workers.

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